Apagas
Apagas las estrellas del cielo
y enseguida, sin dudarlo un momento,
apagas la luna sin miedo.
Apagas también tus deseos,
tu alegría y tus lamentos.
Sin embargo permanece encendida
como un faro en la niebla tu duda.
Por qué razón la has dejado prendida?
Tal vez por descuido. Qué tonta.
Tal vez por capricho. Qué idiota.
Apagas mis ojos, apagas mis labios.
Acallas mi voz, acallas mis pasos.
Resecas mis venas, congelas mis manos.
Rebanas mis penas, disecas mis brazos.
Apagas mi ser, apagas mi alma.
Apagas mi vida, apagas lo nuestro.
Pero ante la duda que ha quedado encendida,
me enciendes de nuevo
con tus abrazos y besos.