Perdón

Con una vela entre tus manos
rodilla al suelo, mirada triste
te encuentras sola y moribunda
rogando a un Dios que no te escucha
sin hacer caso a tus plegarias
al no entender lo que le pides.

Sin que lo notes ni lo sepas
con el tañir de las campanas
tu fe se agota y se evapora
para mezclarse con incienso
dejando espacio entre tu pecho
a ese vacío insoportable.

Y de repente en un instante
mientras se aprecia un Padre Nuestro
entre tus labios sin hablar,
la flama aviva, toma fuerza
y aquella cera derretida
entre tus dedos se desliza.

Te va quemando mas no sientes
pues el dolor está ocupado
en destrozar el corazón
de ese Cristo enfrente tuyo
que clava fija su mirada
como queriendo ver tu alma.

Se acerca un cura y te pregunta
con una Biblia entre sus manos
-¿pasa algo malo hija mía?
pero tus ojos no le miran,
con una gran nudo en la garganta
estás temblando, estás llorando.

Ya las campanas han callado
Suspiras hondo, muerdes tus labios
Ante el altar juras en vano
Ya no hay lugar para el perdón.
¿Perdonar? !Si el tiempo no pudo!
Tú no lo harás… que lo haga Dios.