Una tarde de Abril
No tienes ni puta idea de lo que es llorar cada semana
No sabes la tortura que es pensar en ti cada segundo
Ni cuán difícil es fingir indiferencia cuando tu nombre escucho.
Te juro que no sabes ni un carajo.
No sabes cómo ha sido reaprender a pasar los domingos todo solo.
Que de muy poco me ha servido deshacerme de tus cosas,
porque nada de lo que haga me deshace tus recuerdos.
No te deseo ningún mal porque no ganaría nada con eso.
De qué diablos serviría saber que también tú mueres en vida?
Tenías toda la razón.
Jamás pude darme cuenta que una tarde de abril,
me condenarías a morir… Y morí.