Asesina

La flor que se queda hechizada
en estatua aterida.
Gritos encallados en el mar del silencio,
lágrimas congeladas en el glaciar de tu mirada,
bosques convertidos en desiertos.

Esa lava de tu odio que erupciona
y se convierte en mil ventiscas.
Los recuerdos emigran al sur
a reguardarse del invierno de tu olvido.

Arrasas hasta la última gota de vida
hermosa, bella, imposible.
Así eres tú, así estás hecha
con mil diamantes recortados.

Despiadada, vil, inmisericorde,
el huracán de tus mentiras,
eres la perfecta asesina
como alud de fin del mundo.